
Lejos de contraerse debido a la difícil situación económica, Google apuesta por expandirse. Su última apuesta -nueva y arriesgada- es un fondo de inversión de capital riesgo. Como dicen en Mountain View: ¿Crisis? ¿Qué crisis? O eso parece.
Quizá han pensado que el próximo Twitter o el siguiente Facebook no se les puede escapar. Y por eso han decidido destinar parte de su dinero a financiar proyectos emergentes (startups) de todo tipo: Internet, 'hardware', 'software', energías limpias, biotecnología..."No necesitas ser una adquisición potencial de Google para que queramos trabajar contigo", explican. Además de dinero, ofrecen un equipo de experiencia contrastada y todo tipo de recursos, pero sin la exigencia de trabajar en común. Para decidir las inversiones cuentan con dos socios principales, Bill Maris y Rich Miner.
Igual que no ponen límite a sus inversiones -"decenas de millones de dólares"-, dejan claro que tendrán en cuenta que el proyecto tenga buenas expectativas económicas -Pixazza, donde acaban de aportar caso seis millones de dólares, es un buen ejemplo-. También dicen que su objetivo no es crear un semillero para futuras adquisiciones.
Pero con un fondo de 100 millones de dólares para el primer año -según cuenta 'The Wall Street Journal'- en un momento en el que prácticamente todas las firmas de inversión tienen casi congelados sus movimientos, quién sabe lo que provocarán en el sector.

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