La última idea de la marca Jawbone no es un manos libres o un altavoz -los dos campos en los que hasta ahora se había movido- sino una pulsera inteligente. Se conecta al teléfono por Bluetooth y mantiene “vigilado” al usuario. Controla su movimiento y su patrón de sueño y si el usuario tiene paciencia y añade los datos de forma manual, también lo que come.
La idea es utilizar toda esa información para tratar de dar pistas sobre cómo llevar una vida más saludable. Bautizada como Up es por ahora sólo un concepto pero lo interesante, creo, es que la tendencia de convertir al teléfono en entrenador personal, terapeuta del sueño o life coach es cada vez más fuerte y se presenta como el próximo gran reto de la industria y una oportunidad de oro para el mercado de los accesorios.
Up llega a un territorio donde ya se están experimentando otras start-ups. Fitbit, por ejemplo, es un podómetro inteligente que mide los pasos y la actividad diaria; Lark es un despertador inteligente que en vez de sonido usa vibración para despertar al usuario en la fase óptima del ciclo de sueño -mide el movimiento durante el sueño y sabe cuando estamos más cerca de un despertar plácido-; y Withings lanzó hace un poco más de un año una báscula que envía de forma automática a la red el peso del dueño y permite ver la evolución como un gráfico en la pantalla del PC o el móvil. Son los primeros pasos y hay que sumar a ellos la gran cantidad de aplicaciones destinadas a medir el rendimiento deportivo como Runkeeper o Nike+, pero no se extrañe si en unos años su móvil le dice que se levante de la silla y se mueva un poco si tiene pensado, como pone en la agenda, ir a cenar a un italiano más tarde.
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