Un proyecto financiado con fondos comunitarios se propone educar a un robot humanoide llamado «iCub», el cual, con un metro de estatura, tiene el mismo tamaño que un niño de tres años y es capaz de gatear, sentarse erguido, sentir, ver y oír.
Fuente: CORDIS
En el proyecto ITALK («Integration and Transfer of Action and Language Knowledge in Robots», o Integración y transferencia de acción y conocimiento lingüístico en robots) enseñarán a este niño robot a desarrollar habilidades cognitivas empleando procesos similares a como los padres las desarrollan en sus hijos. El consorcio, liderado por la Universidad de Plymouth, ha recibido una subvención de la UE de 6,2 millones de euros para llevar a cabo este proyecto.
Se espera que este proyecto lleve la robótica cognitiva más cerca de poder desarrollar robots humanoides capaces de pensar, actuar y hablar como seres humanos. Una habilidad importante sería el desarrollo del aprendizaje y la actualización de los conocimientos adquiridos con la ayuda de los estímulos del entorno.
Para empezar, el iCub aprenderá actividades simples como encajar objetos de formas distintas en las ranuras correspondientes, introducir unos objetos dentro de otros y apilar piezas. En resumen, actividades que ayudan a los niños pequeños a desarrollar ciertas habilidades cognitivas. El paso siguiente sería enseñarle a nombrar objetos y describir acciones como «el robot coloca una pieza sobre un cubo».
Además, los científicos tratarán de desarrollar las destrezas lingüísticas del iCub en colaboración con investigadores del lenguaje que han estudiado la manera en que los padres ayudan a sus hijos a aprender a hablar. Los investigadores aspiran a inculcar habilidades lingüísticas al iCub para que éste aprenda a hablar por sí mismo.
Todo lo que el robot aprenda individual y socialmente contribuiría a desarrollar su lenguaje, lo cual ayudaría al iCub a relacionarse mejor con su entorno y a seguir acumulando conocimientos. Es probable que a lo largo de este proceso se formen naturalmente conocimientos de gramática y vocabulario.
«Nuestro propósito es que el robot utilice lo que aprenda de otros individual y socialmente para adquirir el lenguaje por sí solo y que, a su vez, emplee sus capacidades lingüísticas para aprender habilidades sociales y de manipulación», explicó el profesor Chrystopher Nehaniv de la Facultad de Informática de la Universidad de Hertfordshire, uno de los socios del proyecto. «Esto da lugar a una evolución paralela y correlativa entre el uso del lenguaje y el desarrollo de otras habilidades cognitivas. Igual que un niño aprende imitando a sus padres y relacionándose con su entorno, el robot llegará a dominar principios básicos de gramática, como la negación, empleando estas habilidades en un contexto determinado.»
Se espera que la investigación científica y tecnológica llevada a cabo durante este proyecto repercuta considerablemente durante los próximos diez años en la generación futura de sistemas robóticos interactivos y en el liderazgo de Europa en este terreno. «El iCub nos llevará a la etapa siguiente en el desarrollo de robots que sirvan como compañeros sociales. Hemos estudiado cuestiones como el aspecto de los robots y la distancia física preferida entre éstos y los humanos y ahora, en el plazo de un año, dispondremos de los primeros robots humanoides capaces de desarrollar habilidades lingüísticas», explicó la profesora Kerstin Dautenhahn, de la misma facultad de la Universidad de Hertfordshire.
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