Las estufas que calientan las terrazas de los bares y restaurantes del norte de Europa también contribuyen al calentamiento global por lo que deberían ser prohibidas, según un informe del Parlamento Europeo, que podría ser adoptado el jueves.
Fuente: REUTERS
Los defensores del medio ambiente argumentan que estos radiadores no sólo aportan calor a la atmósfera sino que emiten dióxido de carbono, mientras que los propietarios de los establecimientos aseguran que éstos son necesarios para retener a los clientes después de los nuevos reglamentos antitabaco.
"Las estufas para terrazas son escandalosos porque queman combustibles fósiles al aire libre, lo que produce grandes cantidades de CO2 sin aportar mucho calor", afirma la parlamentaria europea Fiona Hall, quien escribió el informe que critica el ritmo de las reformas energéticas en Europa.
"Deseamos que la Comisión establezca un calendario para retirar del mercado algunos dispositivos que son ineficientes como las estufas de las terrazas", agregó Hall.
Este informe no es vinculante pero busca guiar a la Comisión Europea en lo que son las prioridades parlamentarias.
Cualquier prohibición de estos aparatos será combatida fieramente por los dueños de los pubs en el Reino Unido, cuyo negocios sufrieron el año pasado la implantación de la ley antitabaco y ahora se enfrentan a un menor gasto del consumidor y un aumento de los costes.
Estas estufas son también muy populares en otros países europeos.
"Es irónico que esto surja cuando ya hemos invertido grandes cantidades de dinero para calentar estas áreas después de que el gobierno estableciera un reglamento antitabaco", declaró Giles Thorley, consejero delegado de la cadena más grandes de pubs ingleses, Punch Taverns, que cuenta con más de 8.400 locales.
"Sin embargo, aún queda un largo camino hasta que se legisle al respecto" aseguró a Reuters.
Las estadísticas del Gobierno británico aseguran que estas estufas producen cerca de 22.000 toneladas de dióxido de carbono cada año, mientras que los sistemas de calefacción de las casas y los calentadores de agua generan 21 millones de toneladas de CO2.
El informe será debatido el miércoles por el Parlamento Europeo y será sometido a votación el jueves.
El director de la organización Amigos de la tierra, Tony Juniper aseguró que "si el Gobierno británico se compromete a reducir las emisiones de dióxido de carbono, debería prepararse para respaldar las propuestas de la Unión Europea para mejorar la eficiencia energética, incluyendo la prohibición de estos monstruos emisores de dióxido de carbono".

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