
La temporada de esquí a la vuelta de la esquina y, como siempre, una pregunta. ¿Qué hacer con el móvil? La lógica dicta usar un manos libres Bluetooth y no faltan alternativas. Los hay integrados en chaquetas y en cascos y no faltan esquiadores que prefieren un manos libres convencional aunque requiera tener que sacar la mano del guante para pulsar el botón. Todo menos usar el propio móvil, por razones evidentes –salvo que sea resistente al agua o esté buscando una excusa para usar los puntos de su operadora-
La semana pasada saltó a la blogosfera un manos libres diferente. Está integrado en los propios guantes de esquí y tiene batería suficiente para 48 horas de conversación. Mejor aún, incluye un modo de vibración y admite marcación por voz. Para hablar, sólo hay que llevar la mano a la cara —micrófono y altavoz están también integrados-. ¿Perfecto? Demasiado. Swany, el fabricante, ha puesto en la etiqueta de precio con la nada despreciable cifra de 500 dólares -388 euros al cambio actual-, probablemente más de lo que pagó por el terminal. Merece la pena esperar y contestar la llamada a pie de pista.
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