Detalle del nanoparche. | Frank Mullin.
Elisa Piñeiro Kruik
Al sufrir un ataque al corazón, una parte de nuestro órgano más importante muere. Las células nerviosas y los cardiomiocitos (células del miocardio capaces de contraerse de forma espontánea e individual), responsables de mantener el latido del órgano se paran.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Brown y del Instituto de Tecnología de Kanpur en India creen haber hallado una fórmula capaz de hacer resucitar esta vital área. Apuntan que la clave está en la nanotecnología.
David Stout, principal autor del estudio publicado en 'Acta Biomaterialia', apunta que la idea es "introducir algo capaz de regenerar el tejido muerto en el interior del corazón". Los científicos construyeron una estructura parecida a una plataforma compuesta por nanofibras de carbón y polímero. Las pruebas demostraron que el nanoparche sintético regeneró el tejido celular y las neuronas.
Propiedades regenerativas
Según la 'American Heart Association', 785.000 personas sufrieron otro ataque al corazón en 2009. Los expertos indican que los infartos ocurren debido a la ya entonces debilidad del órgano, causada por el primer ataque. De llegar a comprobarse la eficacia de esta técnica, millones de personas podrían verse beneficiadas.
Lo curioso de estos experimentos es que los investigadores utilizaron nanofibras de carbón que funcionan bien porque actúan a modo de conductor de electrones. Producen la corriente eléctrica que el corazón necesita para mantener un latido constante.
Los investigadores cosieron las nanofibras formando una malla de aproximadamente 22 milímetros de largo y 15 micrómetros de ancho. A continuación, la colocaron sobre un sustrato de cristal para ver si los cardiomiocitos colonizaban la superficie y se multiplicaban.
Esperanzadores resultados
A las cuatro horas, observaron que había cinco veces más de tejido celular del corazón que en los experimentos efectuados sólo con el polímero. Cuatro días después, la densidad de neuronas se había multiplicado por dos.
Según Thomas Webster, uno de los autores del estudio, la plataforma funciona porque es duradera y elástica, como el tejido del corazón. Gracias a estas propiedades y a las nanofibras de carbón, los cardiomiocitos y las neuronas se unen y crean células nuevas regenerando el área.
Los científicos van a crear un modelo 'in vitro' para ver cómo reacciona el material a la tensión y a los latidos del corazón. Quieren asegurarse que los cardiomiocitos que crecen en las plataformas cuentan con las mismas propiedades que otros tejidos celulares del miocardio.

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