¿Le duelen los músculos tras estar sentado trabajando en su ordenador durante horas y horas? Expertos en la materia advierten de que se deben hacer pequeñas pausas a lo largo del día, pero la mayoría de las personas se olvidan de este consejo aun a riesgo de sufrir una lesión por esfuerzo repetitivo (LER). Esta situación va a cambiar porque, gracias a un equipo de investigadores europeos, se ha creado un tejido inteligente que vigila la sobrecarga muscular y facilita la recuperación si ya se hubiera desarrollado una LER. ConText, un Proyecto Específico de Investigación Focalizado financiado con fondos comunitarios, ha trabajado para establecer un sistema en el que se integran varios sensores en tejidos con el fin de que se puedan utilizar en tareas de supervisión continua de individuos. La financiación del proyecto ascendió a 2,3 millones de euros.
Los socios del proyecto ConText («Sensores a distancia para la monitorización corporal incorporados en tejidos») declararon a ICT Results que los sensores a distancia podrían utilizarse para medir señales electromiográficas y electrocardiográficas. Los sensores podrían incorporarse a los tejidos y, de esta forma, crear un prototipo de prenda que se pueda llevar puesta. La unión de los tejidos y el procesamiento de señales miográficas desempeñará un papel primordial en la creación de aplicaciones sanitarias personalizadas.
Este hecho supone un gran paso adelante si se tienen en cuenta los obstáculos (relacionados con la fiabilidad y la incomodidad) a los que se han enfrentado otros investigadores en el pasado al intentar crear tejidos inteligentes.
Las LER pueden costar miles de millones de euros al año, y más de 40 millones de trabajadores europeos sufren este tipo de lesión. Los datos han demostrado que las LER suponen cerca de la mitad de los problemas de salud de origen laboral y se afirma que los movimientos repetitivos también pueden provocar lesiones permanentes. Los socios del proyecto indicaron que, a largo plazo, la tensión física de baja intensidad es el principal factor de riesgo para padecer una LER.
Durante los treinta meses que duró el proyecto, los investigadores se centraron en tres temas: la utilización de un sensor innovador que permita colocar electrónica sofisticada en la ropa, la medición de la contracción muscular y la investigación sobre la manera en la que la contracción muscular podría ser utilizada como factor de predicción de la tensión muscular.
«Cada uno de los tres temas supuso un verdadero reto. Optamos por utilizar un sensor capacitivo, porque no necesita contacto directo con la piel, al contrario que los sensores resistivos, lo que aumenta la comodidad», según informó Bas Feddes, director del proyecto ConText. «Necesita que los controladores electrónicos cercanos al sensor funcionen de forma efectiva, lo cual representa un verdadero desafío para la integración en tejidos.»
Según señalaron los investigadores, la medición de la actividad eléctrica del músculo o electromiografía resulta más compleja que la utilización de la electrocardiografía, la cual mide el corazón. Esto es debido a que los movimientos del tejido provocan un roce que puede debilitar la señal, de acuerdo con la información proporcionada por ICT Results.
A pesar de que las dificultades eran de gran envergadura, el equipo de ConText consiguió por fin diseñar una prenda para las LER. Los socios trabajan en estos momentos en la mejora de su fiabilidad.
El equipo de ConText también declaró que sus tejidos inteligentes podrían ser utilizados en cinturones de supervisión del embarazo y en ropa deportiva, por ejemplo a modo de controladores de videojuegos que requieran esfuerzo físico y prendas que orienten sobre la mejor forma de entrenarse.
En resumidas cuentas, este proyecto dará lugar a nuevas iniciativas sobre el tema. «Es un área interesante con muchas aplicaciones potenciales», afirmó el Sr. Feddes. «Nos agradaría continuar investigando juntos otras áreas en un nuevo proyecto.»
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