Gafas 3D con pedigree

En Estados Unidos varias empresas de moda y accesorios creen que esto del 3D viene para quedarse y que a las gafas de ver de cerca y de lejos muchos sumaremos pronto las gafas de ver en 3D. Es decir, que pronto tendremos unas gafas específicas para ir al cine, propias y con una estética un poco más cuidada que los monstruosos anteojos que nos dan a la entrada de una película.
Algunos ejemplos:

Calvin Klein (130 euros)

Oakley (90 euros).

Gucci (200 euros).

Armani Exchange (40 euros).
Hay incluso una empresa que fabrica con varios modelos de montura. ¿De locos? Puede. No me atrevo a juzgar porque en general no encuentro lo de las 3D tan revolucionario o necesario. Desde el estreno de Avatar no he vuelto a ver ninguna otra película en 3D.

En principio estas gafas sólo son compatibles con pantallas que usen tecnología pasiva para crear el efecto 3D –polarización de la imagen-. En el cine esto las limita a pantallas con tecnología RealD, que en Estados Unidos son la gran mayoría de las salas. Las gafas activas, por ejemplo las que usa IMAX o los televisores 3D, son más caras. Se usan porque permiten tener una imagen de más brillo y con mayor resolución pero necesitan una batería para alimentar el cristal líquido que bloquea la visión de cada ojo en sincronía con la imagen.

Hasta ahora estas gafas eran bastante más pesadas y aparatosas que la contrapartida polarizada aunque los fabricantes de electrónica están tomando nota. Ayer hablé de los portátiles de la Serie 9 de Samsung. Durante la presentación la compañía también mostró su nueva colección de gafas activas 3D de sólo 27 gramos de peso y capaces de recargarse mediante inducción con sólo apoyarlas en una base de recarga específica.
La ventaja de estas gafas es que por primera vez permiten utilizar lentes con corrección de miopía o hipermetropía, una de las quejas comunes a la tecnología 3D. Hay que pedir las lentes especiales a Samsung, que no ha dado un precio orientativo, pero para quienes usan gafas convencionales puede ser una mejor alternativa que tener que llevar dos gafas superpuestas para ver una película 3D en casa.