Del oxígeno producido por esas capas de microbios fotosintéticos pudieron haber vivido criaturas semejantes a gusanos.
Un lago de Venezuela. (Foto: U Alberta)
El oxígeno, capaz de sustentar formas de vida más modernas y complejas que las de los primeros tiempos, fue producido y retenido dentro de las alfombrillas biológicas (superficies colonizadas y modificadas por microorganismos), aunque las concentraciones de oxígeno en el agua circundante no eran lo bastante altas como para sustentar la vida.
El equipo de Murray Gingras de la Universidad de Alberta, en Canadá, cree que el vínculo entre las alfombrillas biológicas y los primeros animales está demostrado por los vestigios existentes en el registro fósil, que incluyen huellas dejadas por los movimientos de criaturas similares a gusanos.
Las huellas fósiles de estos animales datan de hace por lo menos 555 millones de años.
Lo descubierto en esta investigación sugiere que la aparición de los animales no estuvo tan condicionada como se creía a un océano mayormente oxigenado.
En vez de esto, los primeros animales pudieron vivir dentro de alfombrillas biológicas fotosintéticas y haber obtenido de ellas el oxígeno para vivir.
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