Ártico negro

El deshielo, producido por el cambio climático, ha provocado que los barcos, desde el año 2007, crucen el Ártico. Esta fue la 'chispa' que llevó a Javier Reverte a escribir 'En mares salvajes. Un viaje por el Ártico' (Plaza&Janés), una crónica de viaje que lleva al lector al desierto de hielo, hoy gravemente herido. EL MUNDO.es ofrece a sus lectores una selección de fragmentos del libro escogido por el propio Reverte. El Ártico se deshiela y "eso va a producir enormes cambios medioambientales, económicos, políticos y militares. La naturlaeza está herida y nos lo va a hacer pagar bien caro", explica el escritor.En esta ocasión, Javier Reverte realiza un retrato de este territorio que define como el "más duro de la Tierra, el menos conocido, el menos explorado y, ahora, uno de los más amenazados [por el cambio climático]". En esta crónica, Reverte cuenta su aventura de 13 días a bordo de un barco oceanográfico, con el que atravesó el mítico Paso del Noroeste, que une el Atlántico con el Pacífico. En el paisaje, "las cuatro tumbas de marinos [que murieron de escoburto hacia 1850] que fueron enterrados en la isla de Beechey, donde no hay establecimientos humanos".
Desde el verano de 2007, año en el que el hielo comenzó a abrirse provocando que los barcos puedan navegar por sus aguas y el Paso del Noroeste tiene atajos. Una aventura muy beneficiosa desde el punto de vista empresarial pero que conlleva graves consecuencias. "Políticamente", puntualiza Reverte, "el deshielo va a dejar abierta la posibilidad de explotar grandes riquezas naturales: oro, diamantes, metales valiosos e ingentes cantidades de hidrocarburos". El autor de 'El río de la luz', relato de un viaje por Canadá y Alaska, explica que "el 25% de las reservas de petróleo y de gas del planeta, están en el Ártico", por tanto "creará nuevas tensiones políticas".
'En mares salvajes. Un viaje por el Ártico' es un libro de viajes en el que el autor añade la historia de las exploraciones heróicas pasadas pero con "un elemento añadido": la preocupación por el cambio climático. Un grave problema del que "la sociedad tiene cada vez mayor conciencia", según apunta el autor, pero que "quienes no parecen conscientes son los poderes económicos". De hecho, Reverte se pregunta "por mantener unos benefiicos, ¿van a seguir envenenando el planeta?, ¿no se dan cuenta de que la amenaza es para todos, incluidos sus propios hijos?". Y añade: da la impresdión de que la especie humana pretende suicidarse. ¿Cómo se podría ayudar a solucionar este problema? según Reverte, "se precisa de una gran movilización social que empuje a los poderes políticos a tomar medidas inmediatas contra el deterioro medioambiental".
Reverte asegura que hace los viajes con la certidumbre de que va a escribir un libro. "Viajar por viajar me gusta menos", explica. "Elijo los destinos, siempre, en función de la emoción literaria". Con cada una de sus aventuras asegura que crece como persona: "Me hacen sentirme mas libre, me dan conciencia de que hay muchas formas de vivir y pensar". Eso sí, antes de salir hacia un nuevo viaje tiene un pequeño 'ritual': "comerme un bocadillo de jamón pata negra para no olvidarme de que a nuestra cutre realidad política la compensan otras cosas", concluye